jueves, agosto 25, 2005

¿Cuál es mi cable a tierra?

Complementando mi post de ayer, que más que un post pareció un S.O.S., creo que necesito de verdad un día con más horas. Hay tantas cosas que quiero hacer, tantos libros que me gustaría leer, mil películas por ver (algunos grandes clásicos), y sin embargo no hay forma de estirar más las horas para sacarles más provecho. Cada día noto que este semestre se viene más pesado, y tengo demasiado material por leer, por lo tanto no veo muy cercana la posibilidad de dedicarme a la lectura extra-estudiantil. No es una queja, porque sé que el tema estudios es una inversión espero a corto plazo. Sólo que cada vez que me entero de algún libro o de una película interesante, me encantaría poder tener el tiempo adicional para interiorizarme más. Bueno, hay que asumir que por un tiempo será así.

Relacionado con lo anterior, a veces pienso que la vida está muy agitada, todo es siempre para ayer, es un ir y venir sin detenerse mucho a pensar, o peor aún, a compartir con la familia y amigos. Estamos periódicamente siendo más exigentes con nosotros mismos, y claro, si no se puede quedar uno sentado en la vereda viendo pasar la vida. En ocasiones las oportunidades se dan de golpe, y es ahí donde hay que estar atento para notar cuando llegan y no dejarlas escapar.

Este lunes, me enteré que una persona que indirectamente tuvo mucho que ver en la etapa en que estoy ahora, está muy complicada. Me tocó trabajar con él un par de veces en la empresa donde yo estaba antes, me ayudó con unos proyectos que necesitaba hacer, y la verdad es que fue muy agradable trabajar juntos. Una persona de la que aprendí mucho, alguien que a pesar de ser casi una eminencia, siempre tuvo el ánimo de entregar sus conocimientos e incentivarme a seguir especializándome.
Bueno, el caso es que ayer lo operaraban, pues le detectaron una semana atrás un tumor al cerebro. Lo peor de todo es que los médicos le dieron las mismas posibilidades de morir, de vivir pero quedar con secuelas, o de que todo resultara bien. Según me dijeron, es muy probable que eso se le haya declarado por acumulación de estrés y exceso de trabajo (en parte). Desconozco en lo absoluto si eso es efectivo, no tengo conocimientos de medicina, pero sí me detengo a pensar en que a veces no sirve de mucho entregarse en cuerpo y alma para lograr cumplir las metas u objetivos, si el costo que hay que pagar es este. No digo que a todo el mundo vaya a pasar lo mismo, pero cuando esto ocurre, sí que da para reflexionar en cómo está cada uno viviendo su cuento personal, en cuanto tiempo le dedicamos a veces a nuestros seres queridos, si les decimos a menudo cuanto los queremos o cuanto significan para nosotros. En el fondo, que nuestros afectos no se vean superados por el afán de lograr metas que no nos harán sentirnos 100% realizados, si no tenemos al lado a alguien que nos quiera o nos apoye. Estas personas son nuestro cable a tierra, las que nos hacen recordar que nuestro objetivo en la vida, a parte de desarrollarnos como personas, es también ser felices.

Son mis reflexiones de medianoche, cuando el insomnio se instala a mi lado.

1 comentario:

Lilian dijo...

Hola daniela:
Vengo a agradecer tu visita a mi blog. Denante a la hora de la colación entré a leerte, no dejé ningún comentario por lo escaso del tiempo. me ha encantado tu blog, una porque encuentro que tenemos muchas cosas en común; dos, eres una excelente narradora, y 3 porque al igual soy de aquellos seres que en la noche creen que es día y viceversa, las horas de imsomnio son mis horas más productivas.
Te dejo mi mail para que me envíes la presentación en PPT, que te agradezco de antemano. lilianlilium@gmail.com
prometo entrar a leerte con más detenimiento. Ojalá sigas visitándome ;)
Un abrazo