miércoles, agosto 22, 2007

¿Celebración... o conmemoración?


Bueno, ayer 21 de agosto era mi súper cumpleaños, no quise escribir nada en ese momento porque, aparte de querer disfrutar el día como correspondía, también tenía la cabeza a mil revoluciones producto de los llamados, mensajes, y saludos por msn y en directo. Me gusta estar de cumpleaños, y no tanto por el hecho de celebrar y recibir algún regalo por ahí, sino más bien porque es el día en el que uno de una u otra forma siente todo el cariño de la gente que tiene cerca. Hubo muchos llamados que me sorprendieron de verdad, ni siquiera me imaginaba por ejemplo que una ex compañera de colegio, con la que nos dejamos de ver hace como 15 años (cof cof), seguía acordándose de mi fecha de nacimiento, y se preocupó de buscarme en la guía telefónica para poder saludarme.


Podría decir que me gustaba el número "31", pero qué le voy a hacer... salvo acostumbrarme al 32 supongo. Igual soy un animal de costumbre, por más que a veces me resista y me defienda como gato de espalda, refunfuñe y me ponga más vieja. Estaba viendo que el año pasado me mandé el medio discurso para los 31, harto mamón y fome. También se dio que celebré como 3 veces el cumpleaños pero siempre antes de que llegara la fecha. Este año, salvo la solplada de velas en ambiente familiar, todas las celebraciones serán después. Como si fuera mi culpa que los demás no puedan cuando corresponde. Desubicados no más, ja!.

Ayer fue un día lindo... apagando las velitas en la compañía de mis hermanos, sobrinos (incluído el sobrino-nieto), mis papás, cuñado y una amiga que hace tiempo no veía. Son ocasiones como estas en las que me doy cuenta de que lo que tengo, es muchísimo más de lo que quizás me podría faltar. A veces siento que soy media personalista y egocéntrica, que mi familia me tiene una paciencia muy grande cuando me dan los cinco minutos, pero parece que todo eso es parte de mi análisis personal, porque ayer y tal como en muchas otras ocasiones, me hicieron sentir como la persona más feliz del mundo. Insisto, es ahí en donde me doy cuenta de lo afortunada y mal agradecida que soy a veces (lo de mal agradecida es sin querer por supuesto).



Sospecho que después de apagar las velas, todas de una sola vez, de seguro decretan pre-emergencia.

miércoles, agosto 15, 2007

Fix you

Hay una canción de Coldplay que me gusta mucho, en especial la frase "when you get what you want, but not what you need". Por lo general me quedo pegada cuando escucho algunas frases que tienen una segunda lectura, debe ser porque casi siempre ando viendo bajo el agua o buscándole la quinta pata al gato. A veces pienso que es la consecuencia de tener mente hiperactiva, e inconscientemente me torturo más de la cuenta por no quedarme con lo más simple y chao con el resto. En fin...

Como me queda poquito para cumplir los veintidoce (proceso reflexivo, ja!), le di un poco de vueltas a eso de obtener lo que uno quiere pero no necesariamente lo que necesita. Me compliqué entera pensando en si acaso lo que uno quiere es la parte material entre comillas, pero lo que necesita va más por el lado de la satisfacción que pueda sentir luego de conseguirlo. Por estos días en el 2006 quería terminar mi tesis, defenderla y dar el examen de título, el proceso se cerró el jueves pasado cuando fue la ceremonia de titulación, y con mis ex compañeros comentábamos lo rápido que habían pasado los tres años. También tenía en mente perfeccionar mi inglés por FONASA, y ya voy en mi segundo nivel en el Norteamericano en donde he podido comprobar que no era tan "tarzán" después de todo. El tema es que todas esas son cosas más materiales y eran precisamente lo que yo quería, bueno... también lo que necesitaba si quería darle un nuevo rumbo a mi vida y optar a algo mejor. Pero, qué pasa con esas cosas que en verdad uno necesita para, como me decía Roberto el martes, sentir que se está disfrutando el "ahora", y que los ojos reflejan lo que el resto del cuerpo poryecta. Sigo pensando en eso, y más allá de si estoy cien por ciento satisfecha con lo que he recibido, creo que hay otras cosas que he descuidado con o sin querer, y que podría decir que tengo una deuda pendiente conmigo aún.

Daniela, complicándose sola y de pasadita al resto.

jueves, agosto 02, 2007

El invierno tiene la culpa


El monstruo del invierno no se quiere ir. Y mientras siga acá entre nosotros creo que seguiré en este estado "modo off" en el que siento que caí hace un tiempo ya. Pensé que incluso me había logrado congelar el alma, y que eso explicaba el porqué mi apatía ante todo, el porqué ese estado de amurramiento permanente, ¿será así como se denomina al estado de "ya... y..."?. Días feos, grises, en los que veo el brillo del sol por la ventana y ni siquiera me animo a salir para que me entibie un poquito. Ahora entiendo el dicho "sol de invierno", ja!.

Mi blog cumplió dos años el 30 de julio, y ni siquiera le dije para callado "felicidades". Significa que más encima soy una mal agradecida con quien me recibe toda la basura mental que a veces vengo a tirar, para así poder cerrar un ojo en la noche y dormir las cinco horas diarias que me hacen lucir a veces ojeras de mapache.


Anoche me senté en mi bajada de cama, con mi nariz casi dentro de la estufa para poder hacerla entrar en calor. Aproveché la cercanía de mi velador (qué antiguo eso) y abrí la puerta que tiene bajo el cajón chico. Me metí a revisar qué diablos tenía guardado ahí, que ocupaba tanto espacio. Boté cremas y cuestiones para el pelo que compré y nunca usé, ya estaban vencidas pero creo que la única vez que las abrí, fue cuando les tomé el olor. Encontré agendas del año noventa y seis, tarjetas de cumpleaños de cuando sumaba recién veinte primaveras, y encontré un sobre que cuando lo tomé para ver qué era, salieron volando unas fotos tamaño carnet, con un rostro que me parecía conocido.

Adentro había un pase escolar, tarjetas de cumple y de navidad (para mí... obvio), unos dibujos hechos a mano, y cartas. Eran las que me había escrito mi segundo novio cuando yo tenía como dieciseis años, no sé por qué me había quedado con la impresión de que nosotros no nos llevábamos muy bien, que siempre discutíamos por ser uno más bacán que el otro (pendejos poh), y leyendo lo que él me escribía parece que no era tan así. Me dio risa leer "nunca me dejes", "eres muy importante para mí", o "en este momento te extraño mucho". Fue loco, porque han pasado más de quince años y lo último que supe de él, fue que estaba casado y que tenía 3 hijitos más encima. Parece que era yo la que no pescaba mucho.

Había pensado leer en estas mini vacaciones de clases. Tenía en mente "El amor en tiempos de cólera", suponiendo que el título es tal cual el contenido y así puedo aplicarlo a mi vida diaria. Nunca lo devolvieron en el bibliometro, y ya pasó la vieja. También había pensado leer "Las mil y una noches", que me lo regalaron para mi cumpleaños anterior y no avancé de la página 32. Estaba pensando también que quedan menos de tres semanas para mi cumpleaños, y mientras más vieja, más indecisa.


No se pierde
no se deja encontrar
lo que buscas
siempre estuvo acá

Dónde vas
más lejos cada vez
dónde vas
si todo debe suceder

(Más bien menos mal - GIT)